LA ENERGÍA SEXUAL
Nosotros somos energía.
Como todo lo demás en el universo, el ser humano es energía. En el nivel más bajo, las ondas más pequeñas de energía forman materia, el cuerpo físico, y procesos de actividad; mental, emocional y espiritual.
¿Qué es energía sexual?
La energía sexual es la realidad bioenergética detrás de todos nuestros momentos sexuales. Cuando estamos sexualmente activos (lo que puede ser de cualquiera intensidad, desde una excitación ligera con un pensamiento sexual hasta pleno sexo) es energía sexual en acción. En Tantra la llaman Kundalini, en Tao la llaman el Ching.
No quiere decir que nuestros órganos reproductivos, la piel, las hormonas, nuestros deseos y fantasías, gustos y disgustos no formen parte de sexo. Todos tienen un papel importante. Pero estos son solamente los aspectos más visibles de nuestro ser sexual, los botones y los estímulos, los receptores y la mecánica, pero todo está conectado al jugo bioenergético del sexo, la energía sexual. La energía sexual no es simplemente un flujo de electricidad por el cuerpo. Interactúa con todos los aspectos de nuestra sexualidad, el físico, el emocional, el mental y el espiritual.
Todos venimos de una bola pequeña de energía sexual. La celda reproductiva humana lleva materia física y energía sexual. En el momento de la concepción el cuerpo humano empieza a desarrollar el ADN, mientras paralelamente a esto todo el sistema energético humano empieza a desarrollar la energía sexual.
Sin embargo, no toda la energía sexual se transforma. Una parte se queda para luego actuar como nuestra propia energía sexual y “duerme” en la ingle. Ésta es la energía que pasaremos a las nuevas generaciones y la que impulsa toda nuestra actividad sexual.
Energía sexual es muy poderosa.
Pocos de nuestros aspectos son tan poderosos como la energía sexual. Es nuestro fuego eterno, lo que pasamos de generación a generación. Nos da vida, mantiene vida a través de nosotros, y es el motor de la raza humana. Nos mueve más que cualquier otro. En última instancia la energía sexual está detrás de nuestra búsqueda del amor romántico, familia, experiencia sexual, y atracción al mismo sexo o al sexo contrario, que suele ser una de nuestras máximas prioridades en la vida.
La energía sexual es una parte muy especial de nuestro ser, una clase de bioenergía muy diferente. Es una energía muy cruda, primordial, es la semilla de la vida, poco refinada y difícil de gobernar. Todos sabemos lo difícil que puede ser resistir o causar deseo sexual. Muchas veces esta fuerza antigua nos domina. No es como un chip, por ejemplo, la que es una frecuencia de energía mucho más “domesticada” y la que podemos manipular a través de artes marciales o acupuntura. Es posible acceder a la energía sexual solamente en un estado sexual, cualquier intento a hacerlo asexualmente no traerá resultados.
Que puede hacer la energía sexual para nosotros.
La energía sexual es una fuerza enormemente creativa. Venimos de ella. Es la madre de todas bioenergías humanas, la que puede alimentar a todo nuestro ser si la cuidamos y bebemos de ella. Cada vez que la energía se expanda por nuestro ser durante una experiencia sexual, puede ser un gran alimento en todos los niveles, resucitar y llenar todo con vida.
Obviamente, nos trae placer y felicidad, y mucho más cuando estamos en armonía con ella. Pero la energía sexual también es uno de nuestros recursos más poderosos. No es solamente una carga para nuestra salud, juventud y –longevity- sino también una fuente psicodélica lo que hace un impacto transformativo sobre nuestro ser entero, desde las emociones más pequeñas hasta nuestras metas espirituales y la creatividad. Por eso la tradición Tántrica utiliza la Kundalini para crecimiento personal y proceso creativo, mientras en la tradición taoísta es un área importante de medicina y vitalidad.
La energía sexual es completamente positiva, no puede hacer daño. Su función es crear vida. Estamos estáticos cuando nos bañamos en ella profundamente. La única razón porque a veces sufrimos en el sexo es porque una experiencia sexual no sea armonizada con nuestra energía sexual, sea por culpa de otra persona o por nuestra propia falta de conocimiento y habilidad para acceder a ella.
La energía sexual es una fuerza muy antigua, tiene su propia dinámica y sus leyes universales. Hay cosas que la alimentan, cosas que le hacen daño, cosas que la ayudan a fluir, cosas que la paran. No confundir con las leyes humanas de moralidad, estos son simplemente una realidad en nuestro Universo, como la gravedad, por ejemplo, y no podemos elegirla.
Sin embargo, muchas veces no somos conscientes de esas realidades, o intentamos controlarlas, bloqueando la energía y limitando nuestras experiencias. Tenemos mucho que ganar si comprendemos bien esta energía y los principios que la muevan, si dejamos que la energía se mueva de una manera armónica. No tiene que entrar en conflicto con la variedad, espontaneidad, exploración, romanticismo, amor y deseo, solamente tenemos que armonizarlos con las realidades de la energía sexual. De hecho, hay mucho más aún de belleza, amor y placer cuando vamos con la energía y no en su contra.
Cuando tratamos la energía sexual de manera que la deja crecer libremente, no solamente descubrimos un gran recurso para salud, juventud, bienestar, vitalidad y crecimiento personal. Armonizar con una energía sexual fuerte y de buena salud nos sube a nuevos niveles de placer, vida sexual de plenitud y amor profundo entre todo tipo de parejas.
Cindy Vergato
WeLoveSex.com.mx
Twitter: @WeLoveSexMX
Sandra Poyato
Oscar Valdivia
14502981
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LOS ENGANCHES ENERGÉTICOS EN LAS RELACIONES SEXUALES
Pocas personas son conscientes de toda la energía que se mueve cuando tienen encuentros íntimos con alguien. Las energías y las almas se unen (entrelazan) y entre más profunda sea esa conexión, más se comparte y se intercambia energía. Esto quiere decir que se forman lazos energéticos entre los dos.
Los lazos energéticos son unos hilos invisibles para el ojo humano que se crean entre las personas cuando existe un vínculo íntimo especial; por medio de estos lazos se manda o se recibe información o energía de la otra persona.
Esta energía se transmite a la persona por medio de los hilos y del lazo que tengamos con ella. Captamos la información de modo inconsciente. Cuanto más tiempo conocemos a una persona y más íntima es la relación con ella, más fuerte es el lazo que los une a ambos.
Uno de los lazos que más se fortalece con una persona es el que aparece cuando tenemos relaciones sexuales con ella. Al tener relaciones sexuales con una persona, no solamente se juntan los cuerpos físicos, como mucha gente lo piensa; energéticamente pasan cosas en tercera dimensión, más allá de nuestra capacidad de comprensión: se crean los lazos energéticos que inevitablemente nos unen a esa persona con la que estuvimos, hasta que seamos conscientes de ellos y logremos cortarlos.
Es importante saber que cuando cortamos lazos con una persona, nos tenemos que asegurar de que por nuestra parte no queda ninguna negatividad hacia ella; que realmente la hemos perdonado y deseamos seguir con nuestra evolución sin que esto nos afecte más, ya que perdonar nos libera a nosotros y deshace los nudos que hayamos creado. Por más cortes energéticos que hayamos hecho con una persona, si nosotros no hemos sanado la relación, seguiremos sufriendo, enganchados a la persona o la situación.
Por otro lado, tenemos que ser más conscientes de con quién queremos compartir el templo sagrado que es nuestro cuerpo. Ahora sabes que esta energía creadora es tan poderosa, que una persona que tiene sexo con diferentes personas sin cuidar su energía sexual, se puede estar cargando con las energías de las parejas anteriores de su pareja actual y viceversa.
Imagina con cuánta energía de otros podrías estar poseído.
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