viernes, 28 de agosto de 2020

INTIMIDAD

 

EL LENGUAJE Y LA SEDUCCIÓN

 Por Pedro Taracena Gil

 Virtudes rescatadas del baúl de los vicios

 La libido nos despierta el deseo sexual.

La concupiscencia procura los placeres más deshonestos.

La lujuria nunca encuentra excesivo el erotismo de la carne.

Si alguien renuncia al roce de los cuerpos.

La elección nos hace libres, pero no más meritoria.

La fornicación es tan humana como el erotismo.

La excitación nos transporta al amor de dos personas.

La masturbación un canto a la autocomplacencia.

El lamerse y mamarse, una felación de donación mutua.

La sodomía y la fornicación son caras de una misma sexualidad.

Eros es el dios pagano creador de la energía sexual.

En potencia disponemos de ella como seres humanos.

Somos nosotras quienes la convertimos en actividad sexual.

La energía y materia no se crea ni se destruye.

Solamente se transforma en nuestros cuerpos.

Todo es virtuoso en la actividad sexual.

El vicio lo crea la intención…

El hombre lascivo que tiene un exacerbado deseo sexual.

Acapara para él y su pareja el placer y el gozo que les llevan al orgasmo y al éxtasis.