EL ABRAZO CONSCIENTE EN LA MÁS IMPÚDICA DESNUDEZ
MI SUBIDA AL MONTE TÁNTRICO SIGUIENTE TRAMO
“Cuando uno tiene que aprender menos cosas, se dedica más a disfrutar con el placer. El hedonismo como fuente de sabiduría”
“Como decíamos ayer”, que dijera Fray Luis de León al regresar a su cátedra de la Universidad de Salamanca, después de años en prisión, emprendemos este nuevo tramo después de haber resistido a la pandemia y el confinamiento por culpa del Coronavirus de 2019. Todo este tiempo nuestra comunicación ha sido a través de WhatsApp.
No me considero víctima tampoco
superviviente, pero sí resistente a las nuevas circunstancias vividas a lo
largo y ancho después de más de 30 meses. Durante este tiempo el diálogo entre
nosotros ha sido frecuente, pero muy limitado para compartir vivencias;
imposible dar continuidad real a MI SUBIEDA AL MONTE TÁNRICO. También es mi
deseo que este nuevo tramo en real sea compartido a través de mi habitual
narración, pasados unos días.
HOJA DE RUTA de nuestra sesión
Situación del punto de partida: Después
de hacer un balance de nuestro
estado físico, emocional y hasta
económico, pudimos comprobar que nuestra pole position, se encontraba en
orden para emprender de nuevo la marcha. No se trataba de tiempos cronometrados
y muchos menos de premios a conseguir. Se trataba de sensaciones, emociones y
sentimientos. Magnitudes todas ellas que debían de excitar nuestra energía
sexual, quizás adormecida o aturdida por el estruendo trágico del COVID 19.
En nuestro primer abrazo yo
percibí a un hombre más recio y sin duda nuestro apretón fue más duradero y
consciente. La entrevista de acogida nos hizo valorar que ambos nos
encontrábamos serenos y sobre todo en mí caso esto provocaba mucha más atención
y concentración.
Yo confieso que iniciaba la
sesión con mi deseo sexual crecido. Cuando nos posicionamos uno frente al otro,
desnudos con el fular ceñido a la cintura, percibí un cuerpo tostado por el Sol
muy atractivo y me fijé en tus eróticos pezones.
El comienzo con la respiración
boca-nariz pasó con facilidad. El reajuste lo tuve que acometer yo, porque mi
manía de olvidarme de respirar persistía para entretenerme en otros
pensamientos. Te confieso y tú lo comprobaste que tuve mis dificultades. Pero
fue muy placentero la presencia consciente de tu cuerpo, aunque a veces debía
de cerrar los ojos en aras de una mayor concentración. Sin duda creo que logré
que mi pensamiento no fuera más rápido que mis sensaciones sentidas “aquí y
ahora”.
Más presencia consciente siempre
cargada de erotismo. Más sensaciones y emociones: Antes y
después de que se cayeran los fulares, ya me habías provocado caricias por todo
el cuerpo tipo pluma. Y más tarde apretando nuestros cuerpos fundidos en un
abrazo; sintiendo los genitales del uno atrapados entra las piernas del otro.
EL PIZZICATO (*)
Quizás te parezca un disparate el
introducir esta palabra para narrar las estimulaciones que lograste en mi
cuerpo, un tanto adormecido por el Covid19. Pero te encargaste de excitarme
zonas erógenas a modo de vasos comunicantes aplicando estímulos que obtuvieron
mi respuesta sexual y erótica.
La técnica que utilizaste fue la
del pizzicato, es decir el pellizcado. Que muy hábilmente
provocabas una molestia-placer en zonas del perineo, genitales y glande, hasta
provocar una excitación que aceleraba mi respiración animal, aspecto que lejos
de reprimir me aproximaba a la tensión final.
Otro campo de actuación fue el
ano, sentí que acariciaste el anillo exterior y penetraste al interior, fue
igualmente placentero. Auténtica preparación para pasos definitivos. La
provocación de molestia-placer fue constante, hasta liberar la tensión con
agitación sonora de la respiración animal.
Por supuesto el pizzicato
aplicado a los pezones aumentó la excitación hasta el nivel más alto. En todos
los momentos pude experimentar la cercanía que había entre el orgasmo sexual y
el éxtasis místico. Esto no es literatura.
A lo largo de la sesión comprobaste y así me lo hiciste sabe, que me costaba
trabajo escuchar tus mensajes que a veces son como susurros… Y efectivamente se
reflejaba en una tensión de los hombros para poder escucharte mejor. Esta
observación coincide con el fisioterapeuta que observaba que tengo los hombres
muy tensos… Como consecuencia de tu indicación ya tengo enfocado resolver la
audición de mis dos oídos. Gracias a ti.
Mi deseo sexual estuvo presente
desde que nos encontramos cara a cara, momento que viví la proximidad de
nuestros cuerpos sin pudor. El ceremonial de despojarme poco apoco del fular;
sintiendo la presencia y hasta el calor de tu cuerpo, me provocaba más deseo
erótico. La Energía Sexual ha fluido por todo mi cuerpo durante toda la sesión.
Me pediste cubrirme con tu cuerpo
tendidos sobre el tatami y accedí placentero, donde pudimos sentir nuestra
desnudez y el contacto piel con piel, sensaciones y emociones…
Abrazamos nuestra desnudez en
posición de pie; consciente y lentamente sintiendo la suavidad y temperatura de
nuestros cuerpos.
En varias secuencias de nuestra
sesión, pude sentir la proximidad de tus genitales, próximos a mi cabeza y mi
rostro. En esta ocasión no tuve la oportunidad de saborear el crecimiento de tu
pene con mi lengua y saliva.
También eché de menos el no poder
excitar tu atractivo miembro viril con mis manos.
Nuestro Abrazo Tántrico fue el
broche de oro de nuestra sesión. Sin duda a través de la fusión de nuestros
cuerpos en la desnudez consciente e impúdica, hasta la yema de los dedos
percibieron la energía sexual, activada por nuestros contactos y caricias, con
lentitud medida…
Finalmente, cuando recitas esa
especie de oración energética, la narración corresponde a los momentos vitales
y sentidos, provocados por tu manipulación sobre mi cuerpo; provocando que la
energía sexual aflore por todos los poros de mi piel. Llenando de luz mi SER.
(*) El Pizzicato
¿Qué significa pizzicato?
Para responder más a la pregunta «¿Qué es pizzicato?», la traducción real de la palabra significa pellizcado o arrancado. Es un método que fue utilizado por primera vez por el compositor italiano Claudio Monteverde, y se utiliza a menudo en un gran número de actuaciones orquestales. Brinda a los instrumentistas de instrumentos de cuerda una excelente manera de fortalecer su mano izquierda mientras se enfoca en obtener el mejor tono.
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